VENTAJAS DE CONTRATAR UN BUEN SERVICIO DE RECOBRO

Es habitual que las empresas ofrezcan sus recobros al mejor postor. Parece que el criterio económico es el que manda a la hora de elegir un proveedor que resuelva las incidencias relacionadas con los pagos de nuestros clientes. Pero, ¿hasta qué punto es recomendable dejarse llevar solo por el dinero en una gestión tan delicada como esta? ¿Puede verse dañada nuestra imagen como empresa por una atención a los deudores mal planteada? No vamos a entrar en los perjuicios de un mal recobro porque la lista de daños puede ir casi hasta el infinito. Vamos a fijarnos más bien en las ventajas que obtenemos cuando contratamos un proveedor solvente y que ofrece garantías para gestionar nuestros impagos. Quizás tengamos que pagar un poco más al principio pero seguramente lo caro nos va a resultar barato en el medio y largo plazo.

Un buen equipo de profesionales del recobro seguramente no se limitará a resolver las incidencias existentes sino que querrá ir un paso más allá. Disponer de información amplia y actualizada sobre las personas que hay detrás de cada cuenta, no solo va a aumentar la eficacia de nuestra atención al cliente, sino que también va a resolver incidencias futuras. Así que probablemente veremos como nuestra tasa de impagados decrece tras haber coincidido con el colaborador oportuno.

Cuando el contacto con el deudor está bien articulado las ventajas no se acaban ahí. Los clientes que han incurrido en impagos van a ser más proclives a ponerse al día de pagos así como a extender su relación comercial con la empresa a la que adeudaban en origen. O sea, que no solo conseguiremos regularizar pagos sino que fidelizaremos al cliente. Dos pájaros de un tiro.

Otra de las grandes ventajas de elegir bien serán los tiempos para la resolución de incidencias. En Actusegur hemos desarrollado un protocolo gracias al cual un 78% de los expedientes se resuelven en un plazo inferior a los 30 días, cuando la media se sitúa en aproximadamente 60 días. Este factor tiempo es vital para algunos sectores, como el de seguros, ya que el impago de las cuotas en ocasiones no exime de la obligación de prestar cobertura, con lo que el descalabro para la aseguradora está servido en bandeja.

Y todo esto por no hablar de la imagen que transmitimos en cada una de las llamadas que el gestor de cobros realiza con nuestro nombre de por medio. Descuidar este aspecto puede ser tan imperdonable como olvidarnos de las sugerencias y peticiones de nuestro cliente. Necesitamos estar bien atentos a lo que este o esta quiera decirnos…y no solo en la firma del contrato, que el momento del recobro también existe.